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jueves, 4 de octubre de 2007

IMPORTANCIA DEL GATEO Y SU RELACIÓN CON LA LECTOESCRITURA

Para mi es un tema muy importante para tocar, ya que muchas veces vemos la parte motora del desarrollo de los niños como algo separado de la etapa escolar, cuando no debe ser. Veamos el análisis a cerca de la estrecha relación que existe entre el gateo y la lectoescritura.

Para que un niño o niña pueda llegar a gatear es necesario muchos componentes, uno de ellos, es el adecuado fortalecimiento de la parte central del cuerpo, de los músculos abdominales y dorsales del niño, los cuales son ejercitados de una forma activa cuando el bebé comienza a practicar los giros laterales de supino a prono (boca arriba a boca abajo) y viceversa. Estos giros son practicados en el bebé aproximadamente de los 5 a 6 meses. También hay que tener en cuenta, desde el punto de vista del neurodesarrollo, la importancia del traspaso de peso del cuerpo del bebé. En esta etapa el niño o niña debe de mantener bien distribuido el peso del cuerpo en posición prona que es lo que le va a permitir poder levantarse en contra de la gravedad y luego adoptar la posición de cuadrúpedo (posición de gateo), por mas que tenga fortalecido el abdomen, el dorso y los brazos y no tenga el peso del cuerpo bien distribuido le resultara difícil lograr la posición de gateo porque tendría que luchar contra la gravedad. Otro punto importante para la posición de gateo es la adecuada posición de las dos cinturas del cuerpo, la cintura escapular y la cintura pélvica los cuales son ejercitados directamente con la fase de giros de supino a prono. Los miembros superiores deben de estar fortalecido lo suficiente para sostener el peso del cuerpo, esto es ejercitado desde el momento que el bebé comienza a apoyarse en los codos y en manos para mantener erguido el cuello y el tronco en posición prona que ocurre aproximadamente desde los 3 a los 4 meses, y las piernas deben de estar no tan abducidas (abiertas) sino mas bien simétricas con los brazos. Para que el niño o niña pueda llegar a desarrollar los movimientos asimétricos de brazos y piernas al momento del gateo me remontare a varias fases del desarrollo como el reflejo tónico cervical asimétrico en donde se da la primera información asimétrica de miembro superior en relación con miembro inferior, luego de esto en un segundo momento se dan los movimientos asimétricos del miembro superior con el inferior ya de una forma mas voluntaria y es al momento del arrastre que ocurre aproximadamente de los 6 a 7 meses, el cual es muy importante ya que es la primera oportunidad del bebé de ser independiente para desplazarse.

El gateo no es un simple patrón de movimientos cruzado y punto, marca mucha información neurológica importante para el resto de la vida del niño tanto motora, perceptual, sensorial y afectiva, llevando como productos finales una adecuada escritura, lectura, lenguaje, organización corporal, etc. Uno de los estudios mas importantes de los cuales me gusta citar es uno de Glenn Doman y colaboradores sobre investigaciones que llevan a cabo con los bebés: los bebés de cierta tribu del Amazonas, al no poder gatear por el suelo (serpientes venenosas, insectos y cientos de depredadores lo hacen muy peligroso) desarrollan un sentido de la visión a larga distancia (focalizan más o menos a unos 15 metros), pero no son capaces de hacerlo a distancias cortas (30-40 cm) por lo que su capacidad de aprendizaje puede verse resentida. La visión de puntos cercanos se desarrolla materialmente cuando el niño se arrastra y gatea, y es la distancia a la que, un poco más tarde, el niño leerá y escribirá. Por eso es tan importante el gateo, porque permite la convergencia ocular de corta distancia, aspecto fundamental en el correcto aprendizaje de nuestros hijos.

Veamos de una forma sencilla como el gateo estimula al niño en dos ejes:

  • A nivel motor: le brinda el fortalecimiento de la musculatura de hombros, brazos, manos y dedos, abdomen, dorso y cuello, además del bloqueo articular de codo y rodilla, todo esto ocurre al estirarse-sentarse-gatear-sentarse-gatear-estirarse e intentar ponerse de pie. También mejorara la sensibilidad táctil de la mano al pasar por diferentes texturas al gatear. Que casualidad que al momento del gateo también se desarrolla la motricidad fina en la cual el niño comienza a tocar con su dedo índice y a desarrollar el agarre de pinza (pulgar-índice) que es la base para el adecuado agarre del lápiz en la edad preescolar. El patrón cruzado que el niño realiza al momento del gateo favorece el desarrollo neurológico e interrelaciona ambos hemisferios cerebrales. Que mas, ni hablar del desarrollo respiratorio que le brinda el gateo al niño, en donde le suministra una mejor circulación y mayor irrigación sanguínea a todos los organismo, y por ende, un rápido y mejor desarrollo global.
  • A nivel visual: le estimula la coordinación visomanual al momento de ver un objeto de su interés y luego tomarlo. También sienta las bases para que el niño vaya organizando su dominancia manual, ocular, auditiva y podal. Además estimula cuatro aspectos muy importantes en la visión como: visión binocular, la visión tridimensional, la convergencia y la acomodación y por último la visión periférica para orientarnos en el espacio.

Con todo lo expuesto anteriormente quien no usaría el gateo como remedio para los problemas de lectoescritura, organización corporal, lateralidad, etc., no esta de mas jugar al caballito, o al perrito o cualquier cuadrúpedo que se le ocurra tanto a los padres, maestros o terapeutas con niños de cualquier edad, prueben y después me cuentan a ver como les fue.

Vea un claro ejemplo de gateo:

Musica de: James Blunt - You're beautiful.

domingo, 9 de septiembre de 2007

HABILIDADES MOTORAS BÁSICAS

Las habilidades motoras básicas son las habilidades generales, son aquellas consideradas como las bases de las actividades motoras más avanzadas y especificas, como son las deportivas. Correr, saltar, lanzar, coger, dar patadas a un balón, escalar, saltar a la cuerda y correr a gran velocidad son ejemplos típicos de las consideradas actividades motoras generales, incluidas en la categoría de habilidades básicas. Los patrones motores van evolucionando a medida que va madurando neurológicamente el niño. El patrón motor evolutivo se define como todo patrón de movimiento utilizado en la ejecución de una habilidad básica que cumple los requisitos mínimos de dicha habilidad, pero que, en cambio, no llega a ser un patrón maduro. Por tanto los patrones evolutivos son relativamente inmaduros y no alcanzan la forma perfecta. Los cambios en la eficacia de los movimientos y la sincronización de patrones evolutivos sucesivos simbolizan el progreso hacia la adquisición de patrones maduros. Así pues, cada vez es más evidente que el desarrollo de las habilidades motoras es un proceso largo y complicado. Al nacer, la capacidad estructural y funcional que el niño posee sólo le permite movimientos rudimentarios, dominando en él, patrones reflejos que son los medios por el cual los bebés sobreviven, carecen de patrones motores generales demostrables, uniendo varios movimientos simples para formar combinaciones sencillas. El ritmo de progreso en el desarrollo motor viene dado por la influencia conjunta de los procesos de maduración, de aprendizaje y las influencias externas. Por tanto, hay que estudiar dichos procesos e influencias para explicar cómo se producen cambios observables en la conducta motora, y además hay que prestar más atención, si cabe, a la investigación de los mecanismos subyacentes de la misma. De todas formas, si no añadimos al interés por la descripción de lo que tiene lugar en el desarrollo de habilidades la visión del descubrimiento de cómo ocurre, el proceso continuará siendo incompleto y desequilibrado.

El movimiento es algo intrínseco a la vida desde que ésta aparece. Desde que el niño nace aparece el movimiento en él. Como señala Schilling : "El movimiento es la primera forma, y la más básica, de comunicación humana con el medio". Todos sabemos que para que se produzca movimiento es necesario aplicar una fuerza, cuya fuente en el cuerpo humano es la fuerza muscular. Por eso las adquisiciones motrices del niño se producen gradualmente, o sea, en un proceso continuo a medida de que el niño vaya adquiriendo la fuerza muscular mínima para poder realizar un movimiento determinado. Así podríamos decir que el desarrollo motor que se produce en la infancia es la base de lo que sería un proceso abierto. Conocer lo que ocurre en este primer periodo es esencial para comprender el concepto de desarrollo motor a lo largo de la vida. El desarrollo motor tiene una gran influencia en el desarrollo general del niño sobre todo en este periodo inicial de su vida. Durante "la edad bebé", o sea, durante su primer año y medio de vida, aproximadamente, los movimientos del bebé, en su origen, son masivos y globales; pueden ser activados o inhibidos por las diferentes estimulaciones externas. Estos movimientos son incoordinados. El proceso de la adquisición de la coordinación y de la combinación de los diferentes movimientos se realizará progresivamente durante su primer año de vida: boca-ojos, cabeza-cuello-hombros, tronco-brazos-manos, extremidades-lengua-dedos-piernas-pies. Hacia los cuatro meses todo lo que la mano coge es llevado a la boca y chupado por ser el lugar por el que él siente. Además como se ha apuntado anteriormente la boca y los ojos son los primeros órganos que adquieren en el niño una coordinación. Hacia los cinco meses todo lo visto se coge, y todo lo que se coge es mirado. Cuando, más o menos, a los doce meses el niño puede mantenerse en pie sin ayuda, aunque su equilibrio no sea perfecto, se produce una ampliación del campo visual. El niño busca objetos, se mueve, empieza a ser propiamente activo. Así pues, al principio serán movimientos reflejos, incoordinados, inconscientes. Poco a poco el niño a través de las experiencias, sobre todo por imitación, tiende a hacer suyas dichas experiencias, tiende hacia una conciencia y coordinación de sus actos. Mas tarde, se podría hablar de un periodo de expansión subjetiva. En este periodo se podría delimitar la edad del niño en de uno a tres años La adquisición de la marcha asegura al niño una movilidad que le libera del parasitismo motor inicial y le confiere un principio de independencia . Con esa movilidad cada vez amplia más su campo de experiencias, el mundo concreto que conocía se le hace cada vez más grande. Así el niño se caracteriza por una continua exploración del mundo que le rodea y que esta empezando a conocer realmente. Más o menos a los dieciocho meses el niño comienza a corretear, los pasos se alargan y la separación de los pies se reduce; pero las vueltas son aún muy torpes. A esta edad ya empieza a subir una escalera, aunque sostenido, y a encaramarse a "cualquier" objeto. A los veinte meses adquiere regularidad en los pasos y estabilidad en la marcha. La actitud emprendedora del niño le hace marcase retos personales: "Ya que sé andar..." En esta edad el reto que se marca es la carrera. A los dos años el niño camina con total soltura, incluso en las escaleras. De los dos a los tres años progresa el automatismo de la marcha. Debido a la actitud emprendedora del niño, que ya he citado antes, éste tiende a intentar proezas superiores a sus posibilidades : transporte de objetos pesados o voluminosos, una gran evolución en el "dominio" de la escalera, y el correr. Entre los tres y los cuatro años tanto la marcha como la carrera están perfectamente controladas. Entonces aparecen la marcha de puntillas y el salto, que señalan los progresos obvios del equilibrio.

Durante todo este periodo también son destacables los progresos de la prensión y de la manipulación. Los movimientos se afinan, se diferencian, se coordinan y se lateralizan. El niño esta constantemente en movimiento: inventa, descubre, imita, repite, mejora sus gestos...De ahí surgen infinidad de juegos motores de muy diversa índole: salta, corre, abre y cierra cosas, lleva, tira, empuja, lanza, juega a la pelota.... La actividad motriz de los niños de tres a seis años aproximadamente se caracteriza por la libertad, la soltura, y espontaneidad de la movilidad infantil, que pierde ese carácter brusco e incoordinados y gana una extraordinaria armonía. El niño observa los movimientos de los demás y es capaz de imitarlos, sin análisis previo, con una total desenvoltura. A los tres años el niño sabe correr, girar, montar en triciclo, patear el balón. A los cuatro años salta a la pata coja, trepa, se puede vestir y desnudarse solo, abotonarse por delante...Los avances "manuales" también son destacables: uso de tijeras, mayor habilidad en el dibujo... A los cinco años gana más aún en soltura :patina, escala, salta desde alturas, salta a la comba... Entre los cinco y los seis años se puede decir que el niño puede hacer físicamente lo que quiere, dentro de sus fuerzas y posibilidades. Hacia los seis años esa espontaneidad, de la que ha hecho gala el niño hasta esta edad, se desvanece. Ahora lo que pretende es demostrar sus habilidades, medirse, hacerse valer, en resumen, afirmarse.

En todo lo explicado anteriormente es muy necesario ver al niño como un todo y no solamente desde el aspecto motor, el aprendizaje se debe dar en todos los aspectos del desarrollo del niño, tales como el área sensorial, conductual, cognitivo, comunicativo y por ende motriz.